El Prestigio de Christopher Priest

Atención: Spoiler Inside

El Prestigio narra el enfrentamiento entre Alfred Borden y Rupert Angier, dos ilusionistas de finales del siglo XIX. Ese es el grueso del libro, que no de la historia, esta es más atemporal.

Vamos con ello.

La historia comienza con el encuentro en la actualidad de dos descendientes de susodichos magos. Dicha reunión es orquestada por parte de uno sin que el otro se huela nada y es a partir de ahí donde se reviven la historia de sus antepazados: la de Borden mediante una autobiografía y la de Angier mediante un diario.

Ambos son buenos en lo suyo, la diferencia está en que Angier se come el escenario pero es incapaz de ejecutar un truco si no se lo explica y Borden es todo un talento, pero sin carisma en el escenario. La relación entre ellos comienza mal desde el principio y va in crescendo cuando Borden ejecuta un truco llamado El Hombre Transportado en donde el mismo se «teletransporta» en el escenario.

Las envidias de Angier harán que ponga todo su empeño en obtener el secreto del truco y mejorarlo, que, cosas de la vida, lo consigue y lo bautiza como En un Abrir y Cerrar de Ojos. Con lo que no contaba es que el truco, que sólo se puede ejecutar con una máquina diseñada para la ocasión, tiene efectos secundarios.

La reacción de Borden no se hace esperar y en medio de una representación de En un Abrir y Cerrar de Ojos sabotea la ejecución del truco. Lo cuál pasa factura a la salud de Borden y acaba con su vida poco tiempo después.

Esto es, grosso modo, el período de tiempo común que cuenta por separado las dos historias … pues el diario de Angier continua narrando cosas después de su muerte.

Tras esto, el libro acaba la historia en la actualidad enlazando con hechos relatados entre el enfrentamiento de los magos.

El libro está bien escrito, es ameno y el hecho de ir comparando las versiones de lo que cuenta uno con lo que le sucede al otro hace que enganche. La historia de Angier ocupa más espacio, está más detallada y es ahí donde alguna vez pierde un poco de ritmo. El final es bueno, pero tampoco me pareció que merezcan los voladores y piropos que le dedican por ahí.